
El inventar un sistema de numeración no fue una tarea fácil. Al retirarse los glaciares hace unos 10000años, los cazadores nómadas de la edad de Piedra se reunieron paulatinamente en los Valles del Nilo, Tigris y Eúfrates y se dedicaron a la agricultura. Inmediatamente el campesino tuvo que afrontar varios problemas como el de contar los días y las estaciones, el de saber cuándo tenía que plantar y qué cantidad de semillas tenía que guardar, el de pagar tributos,entre otros tantos. Todo esto hizo que fuera preciso darle nombre a los números.
Los sistemas de recuento más primitivos se basaban en el 5, el 10 o el 20, y una de las cuestiones sobre la que es unánime el acuerdo en antropología cultural es que este hecho tiene mucho que ver con los cinco dedos que el animal humano tiene en cada mano, o los 10 dedos de ambas, o los 20 si se toman manos y pies. Pero ha habido muchas excepciones. Ciertas culturas aborígenes de Africa, Australia y América del Sur emplearon un sistema binario. Unas cuantas desarrollaron un sistema ternario; se dice que una tribu brasileña contaba con las tres articulaciones de las falanges de los dedos. El sistema cuaternario, es decir, de base cuatro, es todavía más excepcional, y ha estado confinado principalmente a unas pocas tribus

¿SABIAS QUE???
Las sociedades primitivas apenas sabía contar: uno, dos, muchos. “Muchos” se dice “tres” en latín, y que esta palabra es usada aún en nuestros días en francés: “très”, pero también “trois”.